sábado, 17 de julio de 2010

Amora

Conocimos Amora una noche de frío gélido en la que inicialmente había decidido quedarme en casa. Pero como el Dur-Bar se hace rogar y no aparece, mi noche tranquila se transformó en una más del Tour. Este bar-pub se encuentra en el borde mismo de la Tierra o, como otros lo llaman, Unquillo. Llegar es una tarea épica, facilitada un poco por carteles fosforescentes que van guiando al viajero hacia el ansiado porrón.
Al llegar a Amora comienza el engaño. Desde afuera se perciben las robóticas haciendo estragos en las pupilas de la gente, se sienten los vidrios vibrar con los bajos, y uno piensa: 'Fuuuaaa, alta joda hay ahí adentro!' Y el incauto viajero se encamina hacia la entrada donde es recibido con mucha galantería, hasta es convidado con pizza casera. Así, engañado por tanta pomposidad, uno entra y se encuentra con una patada musical en la entrepierna. El Reggaetón y la Salsa se mezclan en uno solo para lograr que los tímpanos sangren, el volumen de la música es tal que las vísceras se revuelven, la calidad en general del sonido es laxo-vomitiva. EL HORROR.
Lo que es el edificio en sí, parece ser que fue concebido como una casa de estilo minimalista en el medio de la nada, de ahí que no esté habitada. Dado su fracaso como hogar, decidieron transformarla en un pub... o una trampa mortal, más bien. La decoración sigue el estilo minimalista a tal punto que es nula. Un par de discos de vinilo de 45' pegados en las paredes y un cuadro de Miró que desentona a más no poder con el resto del lugar. Es un manotazo de ahogado que trata de salvar a Amora pero lo único que hace es hundirlo aún más.

Veredicto...
Ambientación: 2, nula.
Música: 1, para pegarse un tiro en las bolas.
Gente: 20. Eran 20.
Atención: 8, hay que admitirlo, nos atendieron muy bien. Aunque puede compararse con la atención que recibieron Hansel y Gretel de parte de la Bruja para que estos cayeran en la trampa.
Ubicación: 3, una paloma, aunque fue divertido, y hasta chistoso, seguir los cartelitos.
Comida: --, no sé, no me animé a probar la pizza casera.
Precio: 6, ni fu ni fa.
Nota final: 3 chapitas de porrón.

Amora: Púdrete! Puedo vivir sin tu pizza casera gratis y sin tu empalagosa atención.

2 comentarios:

  1. Qué pena que ya no existan más tabernas como Stanfield o Der Häxan Club! Cómo me hubiese gustado conocer su veredicto sobre lso antedichos lugares. Hace mucho que no salgo y no creo que lo haga hasta después del próximo solsticio, ya que el frío me contrae las articulaciones de los huesos. Pero cuando lo haga, voy a guiarme por este blog. Así que no decaiga que seguiré evaluando sitios desde aquí. Bendiciones!

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  2. En Unquillo tienen que ir a PAPAITO. Sugerencia: Lomo a la pimienta con papas a la crema y de tomar únicamente clásicos, vino, cerveza, fernet, etc.

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